Así pues, tomamos a cada uno de ellos por sus pecados. A algunos de ellos Nosotros les enviamos una tor-menta huracanada de piedras, a otros les sorprendió el Grito, a otros hicimos que se los tragase la tierra y a otros les ahogamos. Y no fue Dios quien les oprimió, ellos se oprimieron a sí mismos.