¡Oh esposas del Profeta! Vosotras no sois como ninguna de las [demás] mujeres, si os mantenéis [realmente] conscientes de Dios. Así pues, no seáis tan complacientes en vuestra conversación que quien tiene el corazón enfermo llegue a concebir deseo [por vosotras]: pero, no obstante, hablad con amabilidad.